El hombre de la palabra clave

Esta es la famosa esquina de la pintada

Esquiu es una de las calles que rodea la cancha de Lanús. Si recorremos las inmediaciones del estadio podemos encontrar varias pintadas en las paredes. Escudos, frases, dibujos es lo que podemos ver. Pero si caminamos por Esquiu y Arias (Las calles de la cancha) nos encontramos con una muy particular: “Esquiu bien 14”. El 14 se sabe que es el “borracho”. Allí en esa esquina con la pintada detrás se juntan varios hinchas de Lanús todos los partidos que el grana juega de local.

Desde el 2008 Lanús disfruta de su equipo en la Liga Nacional de Basquetbol y la cuidad que sigue al fútbol se empezó a amigar con el juego de la canasta. Tal es así que los muchachos de la pintada “Esquiu bien 14” siguen al equipo al ritmo de bombos y banderas como lo hacen en el fútbol.

Tengo un pariente que conoce a uno de los muchachos de la pintada. Él trabaja para el club como pintor. Por eso desde la institución le regalan entradas de protocolo para los partidos de fútbol. También este integrante  comentó  que diciendo la frase “esquiu bien 14” en la puerta del acceso del estadio Antonio Rotili podías ingresar al partido de básquet sin problemas.

Así que en el primer partido de esta temporada que Lanús jugó de local, lo intenté. Llegué al estadio y cuando pasé por la puerta dije la frase clave. Un hombre de aproximadamente 46 años sin dudar me dijo: “¿Quién sos vos pibe?”. En ese momento quería que me trague la tierra. Pero reaccioné rápido y le dije el nombre del muchacho que me había dado el dato. “¿Vos de donde lo conocés?”, expresó el hombre. Le conté donde lo conocía y sin decirme nada tiró: “Bueno, igual no podés pasar”.

Faltaban 20 minutos para que Lanús y Obras entren a la cancha. Llamé al hombre de la palabra clave para decirle que no me habían dejado pasar. Borracho, como siempre, me dijo que me quede tranquilo que él ya llegaba e íbamos a pasar. Cuando llegó le recriminó al hombre la actitud que tuvo conmigo. El hombre de la puerta de acceso le dijo que no sabía y que no iba a dejar a pasar gente que no conocía. Después de una charla de 10 minutos, pasé con él sin mayores problemas.

Para la próxima ya aprendí la lección. Al ratón mejor lo dejo en casa.